miércoles, enero 13, 2010

Haiti e Ian McEwan

Estoy aterrada con la situación de Haiti. Es absolutamente escalofriante. Además, me siento tremendamente impotente. He estado monitoreando las noticias, las páginas web, los blogs y lo demás que he encontrado sobre el tema como si estar enterada sirviera para mejorar la situación. Incluso le escribí a M. que trabaja en una aerolínea gringa que vuela a todo el Caribe, para organizaran una campaña de donación de drogas y no perecederos y los enviaran a Port au Prince. Obviamente ya lo estaban haciendo.

Sin embargo, tengo que hacer una confesión que hacer: no he sido capaz de donar a las organizaciones que están pidiendo recursos para atender la situación. Habitat for Humanity tiene una página en la que uno puede donar en 10 minutos. Sin embargo, la parte de “Amount in dollars” me paraliza. ¿Cuánto puedo donar? ¿100 dólares? ¿200 dólares? ¿20 dólares? ¿Y las fundaciones colombianas? ¿No debería donar algo más bien para los de acá, así estén menos peor? ¿Y la cuenta del agua, el colegio de A., los zapatas que vi en descuento? Es un conflicto moral como el de los personajes de Ian McEwan: “Estoy preocupada, pero no hago nada. Al fin y al cabo yo estoy viva y los míos están bien. Debería hacer algo, pero al fin y al cabo mi plata no aporta tanto, no puedo donar mucho y además seguro se lo robarán. Pero que situación tan horrible. Y las caras de desesperación de esa gente.” El botón de “Donate now” saca la pequeña mezquina que hay en mí.

Uno podría buscar una explicación racional basada en las historias de horror sobre la corrupción en organizaciones sin ánimo de lucro y humanitarias. Y con el hecho de que a veces me caen mal las personas con actitud “holier than thou” que trabajan en los Peace Corps, o son Médicos sin Fronteras.

Sin embargo, esta mañana compré dos tiquetes para ir a Cartagena en línea y no debe ser tan difícil poner los números de la tarjeta de crédito y espichar “submit” para Habitat for Humanity (tienen cara de ser los más serios). ¿100 dólares será suficiente para amortiguar mi complejo de culpa y luchar contra el personaje de McEwan que tengo adentro?

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