jueves, abril 20, 2006

Lourdes a la hora del almuerzo

La semana pasada fui con un amigo a pagar la administración de su casa en la Plaza de Lourdes. Hacer ese tipo de vueltas puede ser lo peor cuando son las de uno, pero me pareció el plan de la vida ir a la hora del almuerzo hasta Chapinero a pagar sus cuentas. Adoré caminar por Quinta Camacho, por la carrera 9 y por la plaza. Incluso tuve ganas de comprar unas piedras que estaba vendiendo un hippie (hace tiempo no usaba esa expresión, pero en mi adolescencia noventera las personas que vendían cueritos, candongas y quarzos eran "hippies", de los de verdad).
Fui feliz almorzando una arepa con todo por 4,600 pesos en el restaurante más elegante de la cuadra, porque el de al lado, vendía almuerzo completo por 3,000 y no tenía luces de neon ni ventanas con pecesitos de plástico que tenían personalidad propia y todo.

miércoles, abril 05, 2006

"No busques más, no hay taxis"

Cuando tenía 12 años, tuve que aprenderme un poema para el colegio. Yo escogí uno, que por alguna razón que no recuerdo, me encantó. Lo saqué de una compilación que había hecho un amigo de mi familia--que es un tipo sensacional, que además de ser poeta, tiene una pata de palo--y que habían publicado en la editorial de mi abuelo. En ese momento no lo entendía, pero me encantaba el hecho de que se llamara "Teofanías" y hablara sobre taxis. El problema es que creo que todavía no lo entiendo. Sin embargo, me sigue gustando. Me parece hermosamente urbano y perfectamente adecuado para un día lluvioso-místico como hoy, en el que llevo una hora y media esperando a una amiga para tomarme un café, porque no hay taxis. Va dedicado a mi tocaya paisa.

TEOFANÍAS
por Gabriel Zaid

No busques más, no hay taxis.

Piensas que va a llegar, avanzas,
retrocedes, te angustias,
desesperas. Acéptalo
por fin: no hay taxis.

Y, ¿quién ha visto un taxi?

Los arqueólogos han desenterrado
gente que murió buscando taxis,
mas no taxis. Dicen
que Elías, una vez, tomó un taxi,
mas no volvió para contarlo.
Prometeo quiso asaltar un taxi.
Sigue en un sanatorio.
Los analistas curan
la obsesión por el taxi,
no la ausencia de taxis.

Los revolucionarios
hacen colectivos de lujo,
pero la gente quiere taxis.

Me pondría de rodillas si apareciera un taxi.
Pero la ciencia ha demostrado
que los taxis no existen.