viernes, enero 22, 2010

El Hogar Otto


A un par de cuadras del centro internacional, cuna de banqueros y tecnócratas, precisamente en la Caracas con 25, queda el Hogar Otto.
En la foto no se ve bien, pero se trata de un parqueadero/hotel/estadero para indigentes. Por la puerta semiabierta se alcanzan a ver carritos de mercado remendado llenos de los tesoros de cada uno de los suertudos que alcanzaron a conseguir los 2000 pesos que cuesta el día. Los que tuvieron más suerte, pagaron 2500 y se quedaron en "Playa Alta".
2.000*30=60.000 al mes. Un poco más del 11% del salario mínimo.
Aquí no hay economías de escala.

lunes, enero 18, 2010

Zanahorias disfrazadas de garrotes

La teoría de juegos es una de las áreas de la economía que más me seducen. Poco entiendo de las complejas matemáticas detrás de los cálculos que hacen los economistas, pero las conclusiones me encantan.
En parte, porque me da risa que tengan que correr un modelo econométrico complejísimo para llegar a las mismas conclusiones a las que llegaría un científico social basado en cualquier sociólogo clásico. Incluso, a las que llegarían cinco señoras en sus sesiones de costurero de los martes basado en los consejos de sus madres, de los que le dan a sus hijas y salpicados por el último libro que encontraron en la caja del supermercado.
Y en parte, porque me sorprende que estos complejos modelos prueben esas sencillas observaciones empíricas sobre el comportamiento humano.
Por eso, quería compartir este artículo de The Economist sobre un estudio realizado por economistas de renombre en una fábrica china. Aparentemente, a la hora de motivar a los trabajadores, sirven más las zanahorias disfrazadas de garrote, que las zanahorias solas. La idea de perder algo que ya se tiene genera compromisos más poderosos que la de ganar algo adicional. Este principio es bastante relevante para nuestro día a día a la hora de reprimir, motivar, convencer o vender. Incluso se aplica a las campañas políticas, un tip para los que andan encampañados...¿qué están ofreciendo que puedan disfrazar de garrote?
Por mi parte, en mi tarea de madre y responsable de la educación de A.ita, prefiero ser de las ingenuas confiadas que dañan todos los experimentos de teoría de juegos. Yo ilusamente voto siempre por el bien común y me quedo con la mitad de la nota, pero espero que mi hija haga lo mismo. Mis observaciones empíricas me han demostrado que sumando los restos que me quedan de haber tomado decisiones ingenuas pero orientadas al bien común, tengo más en tranquilidad y serenidad (perdonarán la nota cursi) que los que optan por el camino fácil y egoísta. No estoy diciendo que mi motivación para hacerlo sea altruista. Lejos de eso, se trata de algo bastante egoísta. Bourdieu diría que esa es mi forma de buscar reconocimiento de los demás y reforzar mi existencia. A la larga, me la estoy jugando por mi propio bienestar.
Habrá que correr un modelo para ver si eso también se puede probar con números.

jueves, enero 14, 2010

Otra reflexión sobre Haití

Están organizando en mi oficina una recolecta de drogas, no perecederos, kits de aseo y otros insumos necesarios para los haitanos en este momento. Es más fácil donar cosas que 100 dólares a través de Internet. Estoy viendo que el problema tiene poco que ver con el valor y mucho con la materialización del acto.
Los mismos 100 dólares de Habitat for Humanity en medicamentos para el dolor que uno compró, cargó, llevó y envió, parecen tener más sentido.

Les recomiendo este blog sobre el tema: http://blog.ted.com/2010/01/the_haiti_trage.php
Dicen con claridad cuáles son las cosas que se necesitan realmente. ¿Alguién tiene un helicóptero que les sobre para prestar?
Está página también es clave: http://Haiti.Ushahidi.com/

Alguién tiene que decirle al Presidente que según los expertos lo único que NO se necesita en Haiti en este momento es gente que no sea socorrista, profesional de la salud, o que pueda ayudar de verdad. Que por favor se quede en Colombia.

miércoles, enero 13, 2010

Haiti e Ian McEwan

Estoy aterrada con la situación de Haiti. Es absolutamente escalofriante. Además, me siento tremendamente impotente. He estado monitoreando las noticias, las páginas web, los blogs y lo demás que he encontrado sobre el tema como si estar enterada sirviera para mejorar la situación. Incluso le escribí a M. que trabaja en una aerolínea gringa que vuela a todo el Caribe, para organizaran una campaña de donación de drogas y no perecederos y los enviaran a Port au Prince. Obviamente ya lo estaban haciendo.

Sin embargo, tengo que hacer una confesión que hacer: no he sido capaz de donar a las organizaciones que están pidiendo recursos para atender la situación. Habitat for Humanity tiene una página en la que uno puede donar en 10 minutos. Sin embargo, la parte de “Amount in dollars” me paraliza. ¿Cuánto puedo donar? ¿100 dólares? ¿200 dólares? ¿20 dólares? ¿Y las fundaciones colombianas? ¿No debería donar algo más bien para los de acá, así estén menos peor? ¿Y la cuenta del agua, el colegio de A., los zapatas que vi en descuento? Es un conflicto moral como el de los personajes de Ian McEwan: “Estoy preocupada, pero no hago nada. Al fin y al cabo yo estoy viva y los míos están bien. Debería hacer algo, pero al fin y al cabo mi plata no aporta tanto, no puedo donar mucho y además seguro se lo robarán. Pero que situación tan horrible. Y las caras de desesperación de esa gente.” El botón de “Donate now” saca la pequeña mezquina que hay en mí.

Uno podría buscar una explicación racional basada en las historias de horror sobre la corrupción en organizaciones sin ánimo de lucro y humanitarias. Y con el hecho de que a veces me caen mal las personas con actitud “holier than thou” que trabajan en los Peace Corps, o son Médicos sin Fronteras.

Sin embargo, esta mañana compré dos tiquetes para ir a Cartagena en línea y no debe ser tan difícil poner los números de la tarjeta de crédito y espichar “submit” para Habitat for Humanity (tienen cara de ser los más serios). ¿100 dólares será suficiente para amortiguar mi complejo de culpa y luchar contra el personaje de McEwan que tengo adentro?