domingo, noviembre 26, 2006

Bienvenida a casa

Llevo un mes entero tratando de organizar mi cabeza. No he leído cosas por fuera del trabajo, no he escrito una sola palabra hasta ahorita y no he visto a muchas personas. Me he dedicado a estar conmigo misma, a recuperar muchísimas horas de sueño perdido y a repensar en lo que soy y en lo que quiero ser. En un mes me he dado cuenta de millones de cosas que dejé de hacer, de todas las cosas que sacrifiqué y del monstruo en el que me convertí en menos de dos años trabajando con políticos.

Mirando en retrospectiva, siento que me volví una persona insoportable repitiendo actitudes que siempre he criticado. Tenía cero tolerancia a las conversaciones que me parecían ligeras, me aburría si no se estaba hablando de algo en lo que no tuviera protagonismo y todo lo volteaba a temas demasiado densos que creía que eran los importantes.

Volví al mundo real y humano en el que uno tiene que oír lo que tiene que decir el pariente desesperado, la amiga enproblemada y en el que uno no tiene excusas baratas para no ir a los cumpleaños de los primos. Al mundo en el que uno tiene que ocuparse de su casa, hacer mercado y tender bien la cama para que quede estiradita. En el que uno se tiene que preocupar por el hijo de la señora que lava la ropa que estaba en el hospital. Regrese al mundo en el que la gente soluciona problemas reales todos los días y todavía tiene sentido de la proporción.

Yo solo tengo tres cosas claras en la vida, bastante pocas para que se me hayan olvidado mientras trabajé en la política. Como nos recomienda el tarot a los capricornianos esta semana, decidí escribirlas en papelitos y pegarlos en todas partes para siempre tenga presente que tengo la obligación de ser feliz (esta es la primera cosa clara y el fundamento de las demás), que tengo que ser una persona buena y que lo más importante es mi familia.

Ahora leo los periódicos y veo las noticias como una espectadora más. No porque no tenga compromiso sino porque sé todo es mentira y porque mi reencuentro con la vida real va acompañado por un desencanto total por el mundo mentiroso de la política. He dejado de confiar y hay muchas personas que admiraba que hoy en día me parecen despreciables. Me dan susto las mujeres como Segolene Royale demasiado flacas y angulosas que tienden a tener los corazones secos de tanto comer lechuga y de quejarse de su soledad. Me dan susto los políticos paracos y los guerrilleros y los que hacen show a costa del escándalo en lugar de trabajar realmente por solucionarlo. Me da susto la gente que no trabaja y la gente que lo hace como si fuera un locomotora sin frenos sin sentarse a pensar un minuto, llevándonos rumbo a un abismo del cual no vamos a poder escaparnos. Me da susto porque siento que nos están escondiendo demasiadas cosas y por eso no podemos medir realmente lo que está sucediendo.

Guardadas las proporciones, me siento como un veterano de guerra de esos que ya no cree en nada sino en lo totalmente mundano y que revive sus recuerdos en silencio sin decir una palabra, como si la guerra le hubiera dado la sabiduría para saber que ahí no quería volver y que tenía que proteger a los suyos de eso.

En un mes he podido darle vuelta a muchas cosas que andaban patas arriba en mi vida, pero en dos años alcancé a destruir muchas otras que tomarán más tiempo en repararse. Los papelitos de color neón que pegué en todos los rincones de mi vida son el recuerdo constante de que todavía tengo que remendar muchas grietas.

martes, octubre 10, 2006

Me gusta cuando llueve

Hoy está lloviendo a cántaros. Están cayendo riachuelos desde el techo del Capitolio Nacional y del colegio Bartolomé y las calles están inundadas.

martes, septiembre 12, 2006

Un homenaje a una amiga

Hace mucho tiempo, cuando nos sentíamos muy grandes pero en realidad éramos muy chiquitas, fuimos a un viaje memorable a Nueva York. Creíamos que nos las sabíamos todas cuando no sabíamos nada y sentimos que conquistamos la ciudad.
Quizas lo más memorable fue un mensaje que dejó la abuela de una de nosotras en el contestador del cuarto del hotel con el acento costeño más impecable y entrañable posible. El mensaje decía lo siguiente (más o menos, no me acuerdo de las palabras exactas así que podría estar dramatizando la situación):
"Laura Crihhhhti, es tu abuela Toti!!!! Te estoy llamando desde Miami para que no dejes de ir a San Patricio a rezar tres ave marías y un padre nuestro por toda tu familia, y para decirte que ya que estás cerquita de tus abuelos llamanos si cualquier cosa."
En realidad, no parece ser un mensaje trascendente, pero la forma y el sentimiento que tenían lo hizo absolutamente memorable. Aún hoy en día, casi 8 años después, le puedes preguntar a cualquiera de los que estuvo con nosotros esa primavera en Nueva York sobre la abuela Toti y se acuerda perfectamente de qué se trata.
Hoy, la abuela Toti está pasando por un momento difícil de salud y por eso, le quiero hacer este homenaje a Laura Cristina de la Milagrosa de Ciénaga, Magdalena--quien les cuento de paso, sí conquistó Nueva York algunos años después de ese viaje--porque la quiero mucho, porque me hace falta y porque sé todo lo que significa la Toti para ella.
Toda mi energía está contigo, mi Laura "Cristi"...

domingo, agosto 27, 2006

La desplanetización de Plutón

A. está muy preocupado porque Plutón perdió su planeteidad. Estuvo muy pendiente del debate en la televisión e incluso se puso furioso cuando se dio cuenta que había sido un complot planeado por la academia estadounidense: los gringos llegaron incluso a poner un modelo a escala del sistema solar en el museo de Historia Natural de Nueva York en el que no aparecía Plutón mucho antes de que realizara la votación. Plutón pasó de ser un planeta a un simple cuerpo celeste...que poca cosa. Sin embargo, lo que más le preocupaba a A. sobre el tema era que esas cosas que parecían tan trascendentes y que se discutían con tanta prosopopeya, en el fondo no tenían nada que ver con las personas. ¿A quién realmente le importa que Plutón ya no sea un planeta? Me imagino que las únicas favorecidas son las mamás de los niñitos vagos ya que cuando tengan que hacerle al niñito **** el proyecto de la feria de la ciencia la noche antes cuando se dieron cuenta que el niñito **** no había hecho nada, solo van a tener que hacer ocho planetas en icopor y no nueve. Y los perjudicados…ni idea, pero seguro debe existir una secta extraña en la que veneran al planetica o a alguna deidad asociada con él.

Lo más lindo de todo es que A. está pasando por tal vez uno de los momentos más difíciles de su vida, y es tan maravilloso que todavía tiene sentido del humor para matarme de la risa con sus teorías sobre Plutón y la planeteidad.

domingo, agosto 13, 2006

Cogiendo impulso

El viernes renuncié a mi trabajo. Fue una decisión que bailó por mi cabeza durante meses y a pesar de que era la cosa más evidente del mundo, me costó mucho trabajo hacerlo. Finalmente lo hice con todas las de la ley, que incluyó decirle a mi jefe lo atormentada que quedaba con cada uno de sus gritos y lo maltratada que me sentía con su forma de hacer las cosas. Ella me explicó que ella no gritaba, sino que cuando regañaba hablaba demasiado rápido y por eso la gente creía que gritaba y también, que cuando tuvo mi edad, tenía un jefe que la hacía llorar mucho más de lo que ella me había hecho llorar a mí y precisamente por eso, había llegado donde estaba.

Yo de alguna forma extraña la comprendí un poco y por un momento le tuve lástima, lo que me hizo convencerme aún más de que yo no quería llegar a donde ella estaba y de que al fin había tenido los cojones para hacer algo que debí haber hecho hace mucho tiempo.

Ahora estoy en el momento de la post tormenta. Por una parte, tratando de entender porqué me dejé amarrar a un trabajo en el que me maltrataban y me di cuenta del terrible poder que pueden tener las cosas más superficiales. Tengo que confesar que me sentía muy importante cuando los demás se sorprendían por lo que hacían, cuando me preguntaban perplejos como hacía para aguantarme a mi jefe, famoso por ser una mujer imposible, cuando podía sentarme a echarle cuentos a señores de cincuenta sobre como íbamos a cambiar el país y ellos me paraban bolas.

Por otra parte, también me di cuenta lo difícil que es reconocerse como víctima y reconocer que uno está metido en algo de lo que no se puede salir solo, porque por alguna razón extraña, uno siempre termina justificando a su maltratador.

Finalmente, después de todo lo que pasó durante este tiempo, me enfrenté con la más difícil de todas las realidades. No tengo ni idea qué quiero hacer con mi vida. Estuve tan ocupada con zafarme de todos los lazos que me estaban amarrando a un trabajo de tres pesos disfrazado de elegante, que nunca se me ocurrió pensar en qué iba a pasar después.

Estoy sentada frente a un mundo de posibilidades, muerta del susto y absolutamente conciente de que al tercer strike, estoy fuera. Tengo un mes—el que le di de margen a mi jefe para entregar el trabajo—para saber qué diablos voy a hacer y tengo que pensar con muchísimo cuidado para no ir a dar otro paso en falso ni tomar decisiones basadas en argumentos estúpidos como los que acabo de mencionar.

Afortunadamente, nunca me he varado en la vida. Tal vez, lo más varado que he estado es en este momento, aunque creo que es solo porque estoy cogiendo impulso.

domingo, junio 04, 2006

Almuerzo familiar

Hace ocho años mi mamá decidió dejar de lado su vida de ejecutiva exitosa porque quería ser profesora. Dejó el sastre, la cartera y el sueldo decente y comenzó de ceros a estudiar historia para después hacer una maestría en educación y llegar finalmente a su objetivo: el colegio. En un par de años la nombraron directora académica del colegio donde comenzó a trabajar y le tocó preocuparse no solo por sus clases de sociales a adolescentes, sino también por el bienestar de todos los niños del colegio-de kinder hasta once.
Mi mamá no es exactamente la profesora excesivamente tierna y que habla con diminutivos. Ella se enamora de sus estudiantes, pero les dice "chinos maricas" y tiene el caracter perfecto que hace que los 200 niños del colegio tengan la confianza para hacer guerra de boñiga en el recreo con ella y hacerle maldades como robarle la cocacola (elixir fundamental para que su cerebro funcione) o la hagan firmar pactos en los que si la niña más vaga del curso entrega todas las tareas durante un semestre le toca pintarse el pelo de rosado (esto pasó, la niña entregó todas sus tareas y mi mamá se pintó el pelo de fucsia), pero a la vez, se empalidezcan del susto cuando está brava y sigan las órdenes que da al pie de la letra.
Sin embargo, a pesar de su caracter particular, estar rodeada de profesoras de preescolar ha tenido algún tipo de influencia. Hoy, durante el almuerzo familiar, nos estaba contando una historia que la tenía muy preocupada. Un niñito de primero de primaria (7 años) estaba teniendo muchos problemas porque estaba haciendo brotes psicóticos y nos contó su historia de la siguiente manera: "El chiquito estaba almorzando y decidió meterse el cuchillo dentro de la botica de caucho. En la mitad de la ruta de regreso a las casas, el niñito sacó el cuchillo de su botica y comenzó a atacar a sus compañeritos. Afortunadamente, el chuchillo era romo, porque era uno de los de la cafetería. La monitora no pudo hacer nada, pero una niña de las grandecitas logro cogerle las manitos y quitarle el cuchillo. No le hizo daño a sus compañeritos pero está muy malito, el chiquito."
Los hechos son los siguientes:
El niño es tan chiquito, que todavía lo mandan con botas machita con superman al colegio.
Es tan chiquito que a uno todavía le parece algo "tierno" que se haya metido cualquier cosa en su "botica".
Mi mamá, la de la boñiga y la autoridad total estaba tristísima con el cuento sin saber qué hacer con el niñito.
Sin embargo, ¿el niñito, que se metió el cuchillito en la botica y que después en la rutica del colegio se lo sacó a sus compañeritos, es un futuro asesinito?
A mi me da risa cada vez que me acuerdo del cuento. Una risa un poco macabra y bastante cínica, de un niñito--a loprofecía--que a los 6 años se roba un cuchillo de la cafetería del colegio, lo esconde en sus botas machita y lo saca en la ruta del colegio.

jueves, abril 20, 2006

Lourdes a la hora del almuerzo

La semana pasada fui con un amigo a pagar la administración de su casa en la Plaza de Lourdes. Hacer ese tipo de vueltas puede ser lo peor cuando son las de uno, pero me pareció el plan de la vida ir a la hora del almuerzo hasta Chapinero a pagar sus cuentas. Adoré caminar por Quinta Camacho, por la carrera 9 y por la plaza. Incluso tuve ganas de comprar unas piedras que estaba vendiendo un hippie (hace tiempo no usaba esa expresión, pero en mi adolescencia noventera las personas que vendían cueritos, candongas y quarzos eran "hippies", de los de verdad).
Fui feliz almorzando una arepa con todo por 4,600 pesos en el restaurante más elegante de la cuadra, porque el de al lado, vendía almuerzo completo por 3,000 y no tenía luces de neon ni ventanas con pecesitos de plástico que tenían personalidad propia y todo.

miércoles, abril 05, 2006

"No busques más, no hay taxis"

Cuando tenía 12 años, tuve que aprenderme un poema para el colegio. Yo escogí uno, que por alguna razón que no recuerdo, me encantó. Lo saqué de una compilación que había hecho un amigo de mi familia--que es un tipo sensacional, que además de ser poeta, tiene una pata de palo--y que habían publicado en la editorial de mi abuelo. En ese momento no lo entendía, pero me encantaba el hecho de que se llamara "Teofanías" y hablara sobre taxis. El problema es que creo que todavía no lo entiendo. Sin embargo, me sigue gustando. Me parece hermosamente urbano y perfectamente adecuado para un día lluvioso-místico como hoy, en el que llevo una hora y media esperando a una amiga para tomarme un café, porque no hay taxis. Va dedicado a mi tocaya paisa.

TEOFANÍAS
por Gabriel Zaid

No busques más, no hay taxis.

Piensas que va a llegar, avanzas,
retrocedes, te angustias,
desesperas. Acéptalo
por fin: no hay taxis.

Y, ¿quién ha visto un taxi?

Los arqueólogos han desenterrado
gente que murió buscando taxis,
mas no taxis. Dicen
que Elías, una vez, tomó un taxi,
mas no volvió para contarlo.
Prometeo quiso asaltar un taxi.
Sigue en un sanatorio.
Los analistas curan
la obsesión por el taxi,
no la ausencia de taxis.

Los revolucionarios
hacen colectivos de lujo,
pero la gente quiere taxis.

Me pondría de rodillas si apareciera un taxi.
Pero la ciencia ha demostrado
que los taxis no existen.

lunes, marzo 27, 2006

"Vecina, ¿ya supo?"

Por primera vez en mi vida estoy viviendo en un conjunto residencial. Me tiene fascinada el cuento del interior, la torre, el apartamento y el hecho de tener, no uno, sino ocho porteros con cara de bonachones que se pasean por todo el edificio y me llaman la atención con toda la amabilidad del mundo cuando dejo la puerta de la casa abierta (en la casa de mis papás, la puerta SIEMPRE está abierta, vieja costumbre). En mi edificio llevaron el concepto de colectividad y zonas comunes a su máximo esplendor: hay salón de juegos, parque para niños, gimnasio, sauna, billar y hasta squash, todo con reglamentos específicos diseñados para cada situación. Creo que es el único lugar del mundo donde hay que reservar el salón comunal porque la gente efectivamente usa el salón comunal.

Hay 9 ascensores, uno para cada torre y en todos los ascensores cuelgan un papelito con el nombre de todas las personas que no han pagado la administración. Ya sé, por ejemplo, que mi vecina de al lado, que es una viejita muy querida y que se queja porque "la gente del edificio ya no es lo que era antes" debe tanta plata que entró en "proceso jurídico". Además, hacen fiestas de Halloween, novena para niños, novena para adultos y ofrecen cosas en la cartelera (perrito busca hogar, clases de pintura country, se busca parqueadero sin servidumbre…).
El viernes pasado salí de la oficina en un desencanto total y con la apatía en el máximo nivel fruto de una jefe medio loca y una semana de tres pesos y me monté en el ascensor con computador, una maleta llena de papeles, otra maleta con las cosas del gimnasio y la cartera, a morirme en una esquina mientras llegaba al piso 17 (vivo en el piso 17 y el ascensor es lento, así que siempre tengo un tiempito para maldecir en silencio o para morirme del cansancio mientras llego a la casa).

Conmigo iba una señora cuarentona de sudadera rosada con un caniche con moñito alzado. Durante los primeros 5 pisos me miró con una sonrisita que le devolví a medias. Durante los segundos 3 pisos, la mirada se volvió cómplice y me tocó interesarme. Cuando íbamos en el 10, se atrevió a hablarme y me dijo "Vecina, ¿ya supo?". Yo me emocioné un poquito con que me hubiera dicho “vecina” porque me sentí en una serie familiar nacional de finales de los 90's y le pregunté con genuina curiosidad que qué había pasado. Durante los últimos 7 pisos, porque ella también vive en el 17 aunque no es la que debe plata, me contó la terrible tragedia de la señora del 1004 que se suicidó botándose por la ventana de su apartamento en el décimo piso.

La historia era absolutamente macabra, impresionante y digna de El Espacio, pero yo llegue a contarle a A. que me habían dicho “vecina” en el ascensor. Él me dijo que yo era la propia niñita estrato 8 que era tan ridícula, que le parecía romántico vivir en Pablo VI. A. tenía algo de razón, aunque nunca se lo voy a confesar. Cuando me preguntó que qué me había dicho la "vecina", y que porqué estaba emocionada, le dije indignada que nada había pasado, y con una voz baja subiendo los hombros, le conté sin darle gran importancia que la del piso diez de la torre central, se había botado por la ventana, pero que no era nada.

jueves, marzo 23, 2006

De por qué Kalmanovitz no está en el Senado

Obviamente, la última entrada no responde a la pregunta que me hizo Lady Godiva porque la política me está sabiendo un poco a cacho. Mi explicación sobre porqué "El país que soñamos", movimiento político de Enrique Peñalosa, no pasó el umbral es que la nueva reforma política privilegia a los partidos grandes sobre los partidos pequeños.

Un partido como el de la U (que sacó la votación más alta de las elecciones) tenía maquinaria heredada de los partidos tradicionales (candidatos conservadores y liberales, con todo su bagaje político, se unieron a un partido supuestamente nuevo con la idea de plantear una Tercera Vía al estilo inglés.) El partido de la U tenía 100 aspirantes al Senado en una lista con voto preferente. Por mal que le vaya a un candidato determinado, aporta por lo menos 300 votos y muchos pocos suman al umbral del partido y les dan más posibilidades a los candidatos qué sacaron más votos de salir. (En otro blog explicaré con detenimiento el rollo del umbral y la cifra repartidora, aunque me da un poco de hartera.)
Peñalosa, por su parte, tenía una lista cerrada y un listado de aspirantes que no conocía ni su mamá (aparte de él mismo, por supuesto, que era la figura del movimiento.) El único con potencial electoral en esta lista al Senado era el mismo Peñalosa y sus votos no fueron suficientes para cumplir el umbral. En la Cámara les fue mejor, porque por lo menos sacaron una curul (la de David Luna) y casi sacan la segunda (la de Simón Gaviria.) Gracias a todas las señoras bogotanas-countryclunianas que por alguna razón adoran a Luna, el movimiento no perdió la personería jurídica (lo que sí le va a pasar a Mockus).
Yo no sé muy bien si estoy de acuerdo con la reforma política que llevó al cambio de las reglas del juego electoral, o no. Por una parte me parece fundamental fortalecer los partidos políticos, aunque personalmente me siento más identificada con los Visionarios de Antanas, que desafortunadamente no es ni movimiento ni partido después de estas elecciones. Así mismo me encanta que sean cuidadosos (o por lo menos no tan evidentes) con la construcción de sus listas: como los partidos como colectividad están bajo la mira, en estas elecciones expulsaron a algunos de los candidatos “paras” más evidentes. Sin embargo, esta misma reforma llevó a que los colombianos perdiéramos la oportunidad de tener gente brillante en el Congreso como Salomón Kalmanovitz y todos os que estaban en la lista de los Visionarios (a los que tampoco conocía ni la mamá.)

Por el momento, podemos contentarnos con la gente buena que quedó en el Congreso amparados por los diferentes partidos tradicionales como es Cecilia López -liberal-, Marta Lucía Ramírez -U- y hmmm, tiene que haber por lo menos otros dos que no recuerdo en este momento. Éstas, a pesar de sus diferencias ideológicas y cada uno desde su orilla, van a ser congresistas maravillosos y van a darle altura a todos los debates.

¿Qué opinan?

martes, marzo 21, 2006

Tengo que...

Hace mucho tiempo no escribo en el blog porque hace mucho tiempo no tengo tiempo para pensar y para analizar las cosas con cuidado. Estoy metida en un torbellino tremendo de exceso de trabajo, de desorden y de improvisación y cuando por fin logro llegar a mi casa, no se me ocurre nada medianamente creativo. Estoy precisamente metida en lo que siempre he criticado--trabajando sin sentido simplemente porque "tengo que" cuando en realidad ni siquiera me toca hacerlo. Lo peor de todo, es que estoy aguantándome todo porque estoy esperando a que algo cambie. Lo más seguro es que algo efectivamente lo haga, pero no será "la situación", mi sueldo, mi jefe o la gente que se piratea el trabajo de los demás llevándose el crédito que no les pertenece.

Tengo una explicación pendiente...explicarle a L.G porqué Peñalosa no es senador, pero lo dejaré para mañana.

viernes, febrero 10, 2006

El fondo y la forma

Descubrí, para mi tristeza, que la política se hace en la forma y no en el fondo. Los estrategas de campañas políticas se ocupan de las apariencias porque saben que así se ganan las elecciones. Puro mercadeo y publicidad.
Primero se convence, después se piensa.

viernes, febrero 03, 2006

Sobre política

Cuando escribo de política generalmente me va mejor que cuando lo hago sobre otros temas. Me siento menos aprehensiva de publicar cosas y a pesar de estar discutiendo sobre temas que mueven mis entrañas, no me siento tan expuesta como cuando escribo sobre los “5 hábitos” o sobre el sentimiento de estar perdida en el mundo.

Lo bueno es que en los próximos seis meses habrá muchos temas políticos para comentar. Las elecciones son una época muy divertida porque empiezan a circular chismes políticos—algunos ciertos, otros no tanto—y el ambiente se pone tenso.

Aparte de los chismes electorales típicos—todas las mujeres en el poder son promiscuas y los hombres homosexuales—que por lo demás me parecen tontos y por lo general son viles mentiras, las intrigas, las alianzas y la ansiedad electoral que comienza a gestarse en los círculos políticos me parecen absolutamente fascinantes.

Por ejemplo, hay una tendencia a poner mujeres como cabezas de listas de senado. El partido conservador estaba tratando de seducir a una importante líder gremial, la U convenció a Gina Parody para que encabezara su lista aunque le esta coqueteando también a otras mujeres bien importantes (les contaré el martes) y los liberales hicieron la movida estratégica del año nombrando a Cecilia López para este menester.

Por otra, los partidos cuyos seguidores somos los que supuestamente pertenecemos a los “votantes de opinión” han tomado decisiones bastante interesantes para las cabezas de sus listas: aparte del Polo Democrático Alternativo que todavía no ha definido su candidato debido a las profundas diferencias entre los “chavistas” y los “lulistas”, el Partido Visionario puso al legendario Salomón Kalmanovitz como cabeza de lista al senado. Personalmente, me encanta Kalmanovitz y al menos de que suceda algo extraordinario, tendrá mi voto. Y como dice mi abuela, si Mockus logra hacer magia para que Kalmanovitz hable, se lleva mi voto también.

Esta es la primera reflexión de muchas. Es poco seria, pero es viernes por la tarde y es solo un comienzo…

lunes, enero 30, 2006

5 hábitos

Lewin me pasó la pelota y ahora tengo que escribir sobre mis 5 hábitos más particulares.

1. Me invento palabras...la mayoría son traducciones directas del inglés y el francés como "inconspicuo" o "procastinador". Esto es para decir que soy terriblemente "procastinadora". Sobreviví a la universidad y al posgrado con bastante decoro trabajando sobre todo las mañanas antes de entregar los trabajos, porque esa es otra, no me gusta trasnochar mucho y prefiero despertarme ridiculamente temprano si tengo algo que no he terminado.
2. Soy de las personas más videosas que conozco. Me armo unas películas tan complejas sobre las cosas que cuando al fin pasan siempre son mucho menos graves, menos espectaculare, menos difíciles de lo que había pensado inicialmente. Otro mal derivado de este hábito es que me ilusiono con todo y tiendo a construir castillos en el aire a partir de cualquier cosita que pueda disparar mi imaginación.
3. Soy lloretas y dramática. Aunque no me considero una persona histriónica.
4. Pongo el despertador a las 5:30 para poder poner snooze 20 mil veces. Aunque me encantan las mañanas y, cuando la logro, me encanta poder tomarme un café tipo propaganda viendo el amanecer.
5. Me encanta echarle mermelada de naranja a todo...al queso campesino, al sánduche de jamón y hasta la pizza. Aunque por lo general no me gustan las mezclas y odio los cocteles: el ron me gusta solo y me encantan los martinis.

No sé a quien pasarle la pelota. Todos los blogs que miro ya hicieron este juego. La única es la hermosa Irina en cuandomehablo.blogspot.com. Irina...te tocó.

martes, enero 24, 2006

Fighters and lovers?

Esta es una carta que le envié al director de la organización Fighters and Lovers que está vendiendo camisetas con logos que apoyan las FARC y cuyas ganancias están dirigidas a financiar una emisora del este grupo armado al margen de la ley.

Dear Bobby,

I don’t know anything about you except for what I read from your homepage. I’m sure you’re very idealistic and like fighting for causes you feel are right. I’m also sure that if one is not completely informed about Colombia’s particular situation, it is very easy to be seduced by the guerrilla’s and paramilitary’s discourse as they both surprisingly claim the same things. Both of the supposedly want more equality, want to stop corruption, and build a better world. But the question is…don’t we all? The problem is that these two groups have fought for these alleged ideals in ways that are simply not correct. They have murdered hundreds of thousands of innocent people, kidnapped many more and violated every known human right. It is important for you to know that the Colombian guerrilla is not what it claims to be, and supporting them in any way is not right and is definitely not the way to promote an eventual peaceful ending for the terrible war that has battered Colombia for the past 40 years. It is simply not “cool” to buy, sell or wear T-Shirts that support one of the illegal groups that have bled this country for years.

I invite you to visit both the Autodefensas Unidas de Colombia’s and the FARC’s web pages in order to see that they are not very different, they both claim the same fake ideals and insist on terrorism as the best way to defend them. Additionally, you should check the Colombian press and even the leftist parties’ web pages (who defend socialist ideas in peaceful ways) so that you can see the damage the guerrilla has made to our country. You will probably think twice about supporting the FARC in any way.

I hope this note will make you reconsider the logos in your T-shirts and the associations you support, hopefully, your next collection will promote peace in Colombia and its profits will be destined to an organization that helps the victims of the armed conflict rather than to one that victimizes the Colombian people.

Cristina, another outraged Colombian

domingo, enero 22, 2006

La estética de los noventas

Me volví a ver El Quinto Elemento sábado porque la estaban pasando por HBO. No me divirtió locamente pero me hizo pensar sobre la estética de los años noventas. Cuando vi esta película por primera vez en el 97 cuando salió, me pareció lo más marivollasamente estéticamente correcto que había visto en mucho tiempo. Divino el pelo rojo de la chica, divina la ropa futurista diseñada por Jean Paul Gaultier, divino Bruce Willis.
Ayer me pareció una película excesiva con un montaje totalmente forzado. Me chocó la fotografía, los disfraces, el pelo zanahoria, la camiseta anaranjada apretada de Willis y la estrella de radio. La diva me pareció como de casa de narco.
Como cambian las cosas...

martes, enero 17, 2006

Psicopatodesambientación

No hay nada peor que ese sentimiento de desasosiego profundo que lo ataca a uno sobre todo los domingos por la noche cuando uno no ha terminado la tarea y los lunes por la mañana cuando hay que afrontar la realidad de que a pesar de la angustia de la noche anterior, nunca la terminó. O cuando uno sabe que hizo algo mal, pero no sabe qué exactamente. Y peor, la sensación de que uno no tiene ni idea qué diablos está haciendo, ni qué quiere, ni para dónde va.

Este conglomerado de sentimientos siempre se ha llamado psicopatodesambientación en mi casa. En mi familia es normal oír la siguiente conversación: Pregunta: “Tiene cara de estar psicopatodesambientada/o ¿ah?.” Respuesta: “Uy sí, que mamera” o simplemente “Bah” o “Hm” o “Aja.” Siempre creí que era una palabra real que había acuñado algún psiquiatra famoso que algún día iba a tener que leer porque el tipo era el único genio que había logrado descifrar los estados de ánimo de las personas medianamente normales que no somos ni depresivas, ni maniacas, ni patológicamente ansiosas, ni obsesivas compulsivas, ni histriónicas, sino un poquito de todo. Preguntando por ahí descubrí que la autora de esta palabra tan maravillosamente comprensiva fue la ex esposa de mi tío de la que no me acuerdo muy bien y no Lacan, o algún otro psicoanalista ilegible.

El viernes estuve con unas amigas del colegio y llegamos a la conclusión de que nos habían engañado durante mucho tiempo. Toda la vida nos habían dicho que éramos las más inteligentes, las más pilas, las más creativas, las más echadas pa’lante y que todo lo podíamos y llegamos al mundo “real” a darnos cuenta que lo que éramos en realidad era una manada de niñas consentidas que nos habíamos salido con las nuestras durante mucho tiempo y que se había acabado el reinado. Esto evidentemente genera una psicopatedesambientacón profunda que viene acompañada, por supuesto, de desasosiego, algo de tristeza, malparidez cósmica (otro término familiar que explicaré después) y la sensación de estar absolutamente perdido.

Por el momento, puedo decir que estoy pasando por la peor crisis de psicopatodesamientación de mi vida, peor que a los trece cuando el niño lindo del colegio play no me sacó a bailar...

miércoles, enero 11, 2006

La adicción al trabajo como virtud

Uno de los peores males que trajo consigo el gobierno Uribe fue exacerbar el video sobre el trabajo.

Además de la influencia del logo de "trabajar, trabajar y trabajar", no he logrado entender muy bien cual es el origen último de esta obsesión. Puede ser de la paisocracia que controla al país y de esa tendencia antioqueña al trabajo como solución a todos los males. No sé si viene de algún delirio tercermundista que explicaría también por qué uno en cualquier buena universidad del país se trabaja diez veces más que en cualquier universidad de los Estados Unidos incluyendo las ivies y las más reconocidas, y sale a ganarse una décima parte de lo que se ganaría un colega gringo y por qué a pesar de que aquí se trabaja por ley 48 horas a la semana (y más si uno es "empleado de confianza") tenemos una economía que crece porque la economía mundial la está arrastrando y no porque las condiciones del país hayan cambiado realmente. Podría ser también consecuencia de una terrible competencia para conseguir los pocos y malos puestos que ofrece este país, lo que también llevó a que las personas digan en las entrevistas de trabajo que su mayor defecto es ser “demasiado perfeccionista” (juran...).

Sin embargo, si uno no dedica el 100% de su tiempo a sus compromisos laborales, uno no es una persona comprometida; si uno no se queja de la cantidad de trabajo que tiene cada vez que habla con sus amigos, familiares, colegias y con cualquier conocido, no tiene nada realmente digno que decir; si uno no se queda en la oficina hasta ya se puso el sol todos los días, no es realmente productivo.

Mi amigo JEL—que es un tipo realmente fresco y que se toma la vida con calma, a pesar de ser el super duro de cualquier cosa que haga—dice que él no siente que esta tendencia se haya exacerbado realmente, pero yo lo veo y la sufro todos los días. Para el, el rollo de la adicción al trabajo viene asociada íntimamente a la obsesión por el poder y como bien lo dijo, “yo no tengo poder ni lo tendré.” Yo creo que de todas las explicaciones, esta es la más cuerda. La gente se obsesiona con el trabajo y se obsesiona con que los demás sepan todo lo que trabaja porque le gusta el poder. A mi personalmente, el poder siempre me ha dado miedo; me parece un monstruo enorme y verde que lo tienta a uno a hacer cosas que van en contravía de sus principios simplemente porque puede y porque quiere poder más. El poder siempre ha sido el mejor amigo de la vanidad y como lo dijo Al Pacino haciendo de diablo: "Vanity, definitely my favorite sin".

Realmente, lo que más me preocupa, es que esta obsesión por la adicción al trabajo va en contravía de la reflexión y el análisis y de otras cosas fundamentales de los seres humanos. Pensar no es considerado trabajar, lo que importa es ser “ejecutivo” y hacer las cosas sin necesariamente visualizarlas, estudiarlas y digerirlas como toca. Hasta dormir se volvió algo desdeñable (por ahí dicen que Uribe con un par de horas de sueño cada noche y unas sesiones de yoga queda listo para el otro día.)

Puede que esta nueva angustia sea simplemente fruto de un síndrome posvocaciones; aunque solo me tome una semanita del trabajo así que no tuve el tiempo de ocio necesario para cuestionar absolutamente todo y mandar todo al carajo. Por el momento, trato de convencerme de que lo necesario es “mantener una actitud positiva” (premisa totalmente videosa-esotérica para mí pero que por el momento funciona y suena algo convincente) y de que “tengo que dar lo mejor de mí” así esto implique sacrificios que detesto y me recuerde a mi profesora de español de quino y que me lleve a quejarme más de lo que me gustaría de lo mucho que tengo que trabajar.

La adicción al trabajo no es una virtud, señor Uribe, ni trabajar como locos literalmente necesariamente va a sacar a Colombia de todos sus problemas. No me malentiendan...al menos de que uno tenga una fiducia y vocación de jetset, hay que trabajar. Sin embargo, hay que trabajar sin video y sin discursos, teniendo claro que el trabajo es solo trabajo y que a pesar de lo que sugiere Uribe con su ejemplo, dormir no es tan lobo, es bueno salir a ver la luz del día y sobre todo, no hay que explicarle a todo el mundo "todo lo que uno trabaja, trabaja y trabaja".

Que sea un buen propósito para el año nuevo...a trabajar, pero sin videos.