domingo, septiembre 19, 2010

Sobre el hecho de llamarse Cristina Vélez

Una pequeña pausa al tono de este blog para hacer una aclaración. Tengo una amiga que se llama igual a mí, que también es activa en el mundo 2,0 y que ha sido periodista en varios medios, incluyendo La Silla Vacía. Resulta que los homónimos es un fenómeno de todos los días en un país en el que en algún momento los nombres salían de los santorales y en el que Vélez es un apellido común. Yo por lo menos tengo la ventaja de que mi homónima no tiene un alias como "La Jabona" y que por el contrario, tiene un carrera de la que me siento orgullosa.

Para que no crean que estoy usurpando identidades aclaro lo siguiente. La tocaya es politóloga y ejercía como periodista, pero está haciendo una maestría en políticas públicas porque quiere meterse a trabajar en el Gobierno y tal vez, algún día lanzarse a hacer política decente. Yo soy historiadora y estoy haciendo un doctorado en administración porque estoy huyendo del sector público y tal vez quisiera algún día escribir sobre el tema, y tal vez hacerlo en un medio periodístico.

Somos amigas del alma desde el primer semestre de universidad (10 años hace) y en el mundo 1.0 nunca nos habían confundido porque somos diferentísimas. Cada cual con su sabrosura. Una foto para probarlo-la de su izquierda soy yo (Cristina Vélez Valencia) y la de la derecha, la tocaya (Cristina Vélez Vieira).

La que era la novia el día en el que tomamos esa foto (la de la mitad) solucionó el problema y siempre habla de Cristina Vélez Mona (esa soy yo) o Cristina Vélez Paisa (esa es la tocaya.)


¿Alguna pregunta?

martes, septiembre 07, 2010

La hija de Gaitán y los hijos de puta

Advertencia: lenguaje soez

El viernes conocí a Gloria Gaitán. La hija de Jorge Eliécer Gaitán.
En tres minutos de conversación nos tomamos 10 fotos y me explicó que todo el mundo era un hijueputa. Incluyendo a Herbert Braun, autor de Mataron a Gaitán, que a mi gusto, es un libro bastante apologético.
Según ella, Braun desdibujaba a Gaitán el hombre. Afirmó también que nadie hasta el momento había entendido realmente lo que había detrás de la figura de su padre y su poder discursivo.
Según ella, todos los que habían intentado hablar de lo que era Gaitán realmente, habían sido callados y no habían recibido sino portazos en la cara de todos los hijueputas que controlan la cultura en este país.
Según yo (y no se lo dije para que no me dijera hijueputa también) Gaitán fue muy importante, pero todo el rollo del Bogotazo no fue sobre él, fue sobre muchas personas. Fue sobre el Pueblo. Así, con mayúscula.
No sé si se trata de un sesgo de historiadora formada como cuasi socióloga en una escuela annalista, pero no importa que tan Gaitán sea, la historia no es de los personajes ni éstos son sus verdaderos protagonistas. Los héroes venden libros, pero las masas mueven las estructuras.

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A pesar de todo, quedé con ganas de volver a hablar con Gloria Gaitán, consciente de que va a destruir todo lo que represento y de que en su cabeza, estoy dentro de la categoría de los máximos hijos de puta.