Obviamente, la última entrada no responde a la pregunta que me hizo Lady Godiva porque la política me está sabiendo un poco a cacho. Mi explicación sobre porqué "El país que soñamos", movimiento político de Enrique Peñalosa, no pasó el umbral es que la nueva reforma política privilegia a los partidos grandes sobre los partidos pequeños.
Un partido como el de la U (que sacó la votación más alta de las elecciones) tenía maquinaria heredada de los partidos tradicionales (candidatos conservadores y liberales, con todo su bagaje político, se unieron a un partido supuestamente nuevo con la idea de plantear una Tercera Vía al estilo inglés.) El partido de la U tenía 100 aspirantes al Senado en una lista con voto preferente. Por mal que le vaya a un candidato determinado, aporta por lo menos 300 votos y muchos pocos suman al umbral del partido y les dan más posibilidades a los candidatos qué sacaron más votos de salir. (En otro blog explicaré con detenimiento el rollo del umbral y la cifra repartidora, aunque me da un poco de hartera.)
Peñalosa, por su parte, tenía una lista cerrada y un listado de aspirantes que no conocía ni su mamá (aparte de él mismo, por supuesto, que era la figura del movimiento.) El único con potencial electoral en esta lista al Senado era el mismo Peñalosa y sus votos no fueron suficientes para cumplir el umbral. En la Cámara les fue mejor, porque por lo menos sacaron una curul (la de David Luna) y casi sacan la segunda (la de Simón Gaviria.) Gracias a todas las señoras bogotanas-countryclunianas que por alguna razón adoran a Luna, el movimiento no perdió la personería jurídica (lo que sí le va a pasar a Mockus).
Yo no sé muy bien si estoy de acuerdo con la reforma política que llevó al cambio de las reglas del juego electoral, o no. Por una parte me parece fundamental fortalecer los partidos políticos, aunque personalmente me siento más identificada con los Visionarios de Antanas, que desafortunadamente no es ni movimiento ni partido después de estas elecciones. Así mismo me encanta que sean cuidadosos (o por lo menos no tan evidentes) con la construcción de sus listas: como los partidos como colectividad están bajo la mira, en estas elecciones expulsaron a algunos de los candidatos “paras” más evidentes. Sin embargo, esta misma reforma llevó a que los colombianos perdiéramos la oportunidad de tener gente brillante en el Congreso como Salomón Kalmanovitz y todos os que estaban en la lista de los Visionarios (a los que tampoco conocía ni la mamá.)
Por el momento, podemos contentarnos con la gente buena que quedó en el Congreso amparados por los diferentes partidos tradicionales como es Cecilia López -liberal-, Marta Lucía Ramírez -U- y hmmm, tiene que haber por lo menos otros dos que no recuerdo en este momento. Éstas, a pesar de sus diferencias ideológicas y cada uno desde su orilla, van a ser congresistas maravillosos y van a darle altura a todos los debates.
¿Qué opinan?
jueves, marzo 23, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario