sábado, septiembre 01, 2012

Gente que hace que todo funcione

En un día en el que todo puede pasar mal, las cosas terminan funcionando gracias a gente maravillosa que se cruza por mi camino. Vamos a un restaurante costoso (pero maravilloso) y por alguna razón el mesero nos regala un postre solo porque le preguntamos si era bueno ("It's on me, girls!"). Me monto al tren, no me bajo donde toca, me voy para otro lado y el señor del tren no me dice nada cuando ve que el tiquete no corresponde con el viaje ("It's okey, love. I won't say anything. The ticket to the airport will only cost you 3 quids at the next station"). Trato de llegar al hotel del aeropuerto, donde me voy a quedar esta noche con mi mamá y Ame que llegan en un par de horas después de un viaje trasatlántico y no logro llegar a pesar de que veo el letrero luminoso. Me separan unos muros y una autopista enorme. Me monto en un taxi, el señor se burla de mi un rato y yo también y me lleva por un cuarto de la tarifa de salida del aeropuerto. ("I wouldn't want you to be climbing walls like a crazyperson. Just give me five and go have a rest. It's not everyday I get to drive a Colombian a couple of blocks".)

5 comentarios:

Mónica Palacios dijo...

Tan encantadores esos días. Que de los otros también hay, y no son pocos, pero de vez en cuando qué bien vienen esos días en los que todo se confabula para funcionar.

A los australianos también les gusta mucho usar el "love" que a mí, objetivamente, me disgusta. Pero me lo han dicho en unas circunstancias tan amables, lo han hecho con tanta queridura, que nunca he sido capaz de enojarme.

Susana dijo...

A mí también me han tocado personas así, en circunstancias que sin esas personas me habrían puesto a llorar en la calle.

Anónimo dijo...

Empezar un lunes gris, lluvioso y helado, leyendo esto es de lo mejor que podría pasar.
Qué entrada tan bonita y alegre.

Saludos y que encuentres mucha gente así.

Cristina Vélez dijo...

Mónica,
El love es como el "monita" o el "mi vida" colombiano. Se siente uno en casa cuando el taxista le dice love. Aquí pasa al revés que en el resto de Europa...los del norte son los melosos buena gente y los del sur los estirados. Igual, el día fue perfecto.
Tati,
Y sí, no hay nada más triste que llorar en la calle. Uno se siente doblemente miserable.
Jugodemaracuya,
Parece que la "gente así" es la regla en Hull. La ciudad tiene tan mala fama que la gente no tiene de otra que ser un amor.

Cristina dijo...

A mi en Berlín me pasa eso todo el tiempo. Un invierno que salí corriendo de mi casa y me rode las escaleras antes del metro. Una señora me levanto, me llevó de regreso a mi puerta y consoló mi histeria porque iba llegar tarde a clase.