miércoles, abril 09, 2014

Por qué estamos como estamos

Hoy quería poner en Twitter que Gaitán había sido uno de los políticos más locos que había pasado por la historia de este país de políticos locos. Pero después pensé que si ponía un trino que dijera eso, iban a salir a acusarme de alegrarme de que hayan asesinado a Gaitán o me podrían tildar de ultrafachista.
Y ahí entendí que una de las muchas razones de por qué estamos como estamos es que perdimos la capacidad de entender que no estar de acuerdo no significa quererlo muerto. Y que el conflicto, la confrontación entre ideas y las posiciones políticas pueden ser fruto de debates largos, contundentes y seguramente maravillosos y no necesariamente de violencia. De hecho, cuando hay la posibilidad de discutir abiertamente sobre posturas y sobre política en general, la violencia deja de ser una opción. Así que aprovecho para decir por aquí, que tengo muchos caracteres disponibles para expresar una idea, que Gaitán estaba demente y que se abra el debate.

4 comentarios:

Susana dijo...

Cris, yo no sé nada de lo que proponía Gaitán ni de la personalidad de él, ¿por qué te parece que era un loco?

Cristina Vélez dijo...

Era el propio megalómano. Los discursos eran totalmente teatrales y llenos de alusiones rarísimas y super inconsistentes. Social en unas cosas y mega facho en otras. Había estudiado con los duros del derecho positivista en Italia (tipo Ferri y esos manes)y algunos dicen que era muy cercano al social-nacionalismo. También era un tipo genial. Su discurso en el Congreso tras la masacre de las bananeras es impresionante (5.0 acalamado en oratoria) pero lleno de acusaciones temerarias. Hay un libro muy bonito que se llama "Mataron a Gaitán" de Herbert Braun que reeditaron hace poco que vale la pena la leídita. Gracias por leer mis bobadas Tati!

Isabel C. dijo...

Yo no sé si estaba loco, pero la historia de su paso por la alcaldía de Bogotá, como la cuenta Herbert Braun, tiene muchas cosas sorprendentes. Toda su obsesión con la higiene, con el orden y con modernizar la ciudad a la fuerza. Su pelea contra las ruanas, por ejemplo. Al final lo tumbaron los taxistas porque quiso uniformarlos.

Mónica Palacios dijo...

Yo llevo años echándole la culpa de esa idea de que las diferencias se resuelven solo eliminando al opositor al cine que consumimos --como si la realidad no diera por sí sola suficiente sustento que la apoye--