El otro día le preguntaron a Falcao, un hombre muy religioso y devoto, si le rezaba a Dios cuando iba a cobrar un penalti. Después de mirar al periodista con cara de perplejidad le dijo que claro que no lo hacía, que Dios estaba tanto con él como con el portero del otro equipo. Que más bien le pedía fuerza para entrenar y ser disciplinado. No es que me vaya a unir a la iglesia de Falcao o que vaya a dejar atrás muchos años de ateísmo vehemente, pero me pareció una reflexión muy bonita.
En términos de no creyentes, podríamos poner el caso de la suerte. En español le desean a uno buena suerte cuando tiene que pasar un reto, como si la suerte fuera lo que va a determinar el resultado. En francés, en cambio, le desean a uno bon courage. Para mis exámenes mañana necesito más "courage", que suerte. Ya estudié todo lo que pude y ya entendí que no son para tanto. Que todo el mundo pasa los comprehensivos en algún punto y que hacer de un examen el centro de la vida es para bobos sin inteligencia de contexto. Así que fui valiente (tuve courage) e hice lo que pude: estudiar mucho. Mañana y el viernes necesitaré un poco más de valentía y muchísima claridad. Pero la suerte está echada y desde hace rato estoy en el plano del "courage".
miércoles, mayo 23, 2012
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
No te recomiendo suerte ni valentía, sino maní para la concentración y chicle para los nervios, a mí me han servido mucho en los exámenes.
Espero que te vaya muy bien, que hagas el examen tranquila y que te sientas satisfecha, cualquiera sea el resultado.
Publicar un comentario