martes, noviembre 13, 2012

Trapitos al sol que no son noticia

Las discusiones entre los directivos de las organizaciones públicas y privadas y sus departamentos de comunicaciones son eternas y difíciles. Los primeros creen que ese maravilloso suceso que tanto les conviene divulgar merece la primera página de todos los periódicos y los segundos saben que eso no va a pasar. Los comunicadores dentro de las organizaciones saben las buenas noticias no suelen ser noticias y están conscientes de que en un país en guerra con una situación política tan compleja, la mayoría de la información que producen las empresas, y en especial todas las relacionadas con sus magnánimas campañas de responsabilidad social, no llama la atención de los periodistas. Y pues claro, los empresarios no están interesados en ventilar sus trapos sucios y los periodistas tampoco lo están en investigarlos. Los primeros, además de lo que deben reportar por ley según el tipo de sociedad que sean, no tienen la obligación de hacer pública su información privada y los segundos no necesariamente quieren morder la mano que les da de comer.

Todo esto funciona divinamente hasta que se quiebra el sistema. Por ejemplo, hace un mes Daniel Pardo hizo público que Kien y Ke publicaba reportajes pagados Pacific Rubiales sin el sello de “publirreportaje” llevando a que, ahora sí, los periodistas se preguntaran por la relación entre los millones y millones pagados por esta petrolera en publicidad a otros medios de comunicación y el tipo de noticias que divulgaban sobre la compañía. Más recientemente, en un acto entre valentía e ingenuidad, Vladdo publicó un trino diciendo que había rumores de que Interbolsa estaba ilíquido, echando la última gota que se necesitaba para que se derramara espectacularmente el escándalo sobre el que se cotilleaba desde hacía semanas en los baños turcos de los clubes privados y que cada día que pasa comienza a oler más a estafa.

Además de los medios especializados, que por lo demás también pecan de falta de investigación, el periodismo económico se enfoca en temas públicos en el más estricto sentido de la palabra, y dependen de datos del Banco de la República y del DNP para nutrirse, relegando la esfera de lo empresarial a replicar información de analistas o, en el peor de los casos, a publicar casi textualmente comunicados de prensa enviados por las empresas para llenar espacio. Y así, como los periodistas no están pendientes de qué tipo de decisiones se toman en los gremios, cómo están conformadas las juntas directivas y qué tipo de alianzas se están haciendo, por nombrar solo tres aspectos de las empresas que se pueden estudiar con información accesible para todo el mundo, no están preparados para atar cabos o intuir ventarrones. Pecando de antipática lucidez a posteriori, si un periodista hubiera estado revisando con juicio el movimiento de las acciones en la BVC no se le habría pasado el raro comportamiento de las acciones de Fabricato. Y si además el periodista en cuestión supiera algo del sector textil y manufacturero y tal vez algo de historia empresarial, se habría dado cuenta de que había algo raro mucho antes de que se derramara la copa. Algunos analistas sí lo estaban haciendo y alcanzaron a sacar su plata a tiempo. Incluso algunos más precavidos sabían desde el principio que ahí no se podía invertir.

Mi invitación a que los periodistas cubran los temas empresariales como lo hacen con algunos temas políticos y gubernamentales no soluciona las discusiones entre gerentes y comunicadores sobre qué es una noticia, pero definitivamente le da a los periodistas independencia y libertad para que ellos puedan decidirlos solos. Conocer cómo y por qué se toman decisiones en el sector privado no solo no es imposible, sino que es indispensable y forma parte de la función social de los medios de darle a su público elementos para comprender mejor la realidad. Finalmente, informar adecuadamente sobre las decisiones del sector privado es un paso indispensable para reconocer que lo público, que burdamente se puede definir como lo que nos concierne y afecta a todos, no se limita exclusivamente al Palacio de Nariño.  


Publicada inicialmente acá: http://www.eltiempo.com/blogs/economia_domestica/2012/11/trapitos-al-sol-que-no-son-not.php

5 comentarios:

Susana dijo...

En La Silla Vacía tienen un proyecto muy teso para hacer un quién es quién del empresariado colombiano.

Cristina Vélez dijo...

Sí! Lo está manejando Juanes Lewin y pinta muy bien. No veo la hora de poder consultarlo.

Unknown dijo...

Cris, muy buen post. La verdad es que además de no estar muy bien preparados los periodistas se mueren del susto de meterse con las empresas y los grupos económicos. A menos que ya hayan caido en desgracia, como Interbolsa ahora, es prácticamente imposible encontrar en la prensa económica colombiana un artículo o una noticia empresarial que no sea complaciente. La triste verdad es que los periodistas colombianos les temen más a las empresas que a los paramilitares. Como que prefieren arriesgar la vida antes que arriesgar el puesto.

JuanDavidVelez dijo...

Excelente la entrada.

No tiene que ser ni siquiera con animo justiciero, sino simplemente para informar y entretenernos a las personas. El hecho de informar y entretenernos es util por si solo, ya que nos ayuda a todos a entender este hermoso sistema que es el capitalismo: sus tribulaciones, sus problemas, sus tragedias y sus alegrias. (algunas personas no aprueban que uno se refiera al capitalismo como si fuera una persona, no le hace).

Noticias que me hubiera gustado ver mejor explicadas:
- la crisis del dolar con sus repercusiones sin exagerar (la realidad de eso en si misma fue exagerada) desde que estuvo carisimo hasta que bajo mucho (y haberle hecho un seguimiento hasta ahora).
- las importaciones de China.
- que va pasando con el empleo a un nivel pequeño en las ciudades (que se puede tomar de datos publicos, pero mas bacano si tambien lo toman con reportería seria en las ciudades, no importa que los doctores economistas le digan anecdota sin importancia a que echaron 200 personas de x fabrica con nombre propio de la fabrica y explicando que no es que el gerente sea un hijueputa sino que fue lo que pasó).

En fin, muy bacana la entrada.

(yo siempre leo las entradas acá en la versión para rebeldes iconoclastas).

JuanDavidVelez dijo...

Uno que siempre dice apelaez y que es muy bueno, que es cubrir las historias de subsidios, buscar ahí. Ver y hacer seguimiento a lo que hacen las secretarias de competitividad, que hacen.