sábado, noviembre 12, 2005
Delirios Femeninos 1: La cantaleta y las ganas de joder
Hace poco durante una comida en mi casa anuncié que iba a escribir un blog sobre un delirio tipicamente femenino: la capacidad de convertir las nimiedades más pequeñas en enormes problemas, o en su defecto, en temas de gran importancia de los que hay que hablar todo el tiempo. Un caso típico, que pensé que nunca me iba a suceder, es el de las medias veladas. Las medias se rompen todo el tiempo. Se van, como dice las secretarias. Y efectivamente parece que se fueran como los fugitivos más habiles. Hay grandes enemigos de las medias veladas. El primero son los anillos, y como todAs recordamos de clase de química, el diamante es el mineral más fuerte y puede con todo. El segundo es por supuesto las cremalleras de las botas. Con simplemente cruzar la pierna ya se te "va" la media. El último es el velcro, que es el némesis de todas las cosas bonitas y como su naturaleza lo índica, se pega en todas partes, desde la cola de caballo, hasta el tapete (quedando lleno de motas y pelo) hasta las pañoletas de seda y por supuesto las medias veladas. Tengo una enorme teoría sobre las medias veladas. Incluye además alusiones a la objetivización de la mujer, los símbolos de poder, el capital simbólico y un enorme contenido financiero (aunque decidí que no voy a comprar más medias italianas hasta que me dupliquen el sueldo) entre otros temas. Es el ejemplo perfecto de como, sin quererlo y siendo la odiadora número uno de las mujeres histéricas, convertí un tema tontísimo en algo de lo que podría hablar horas. Hasta me parece poética la idea de que las medias se puedan "ir".
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