sábado, mayo 07, 2011

Vicios científicos

Amelia me pidió que le ayudara a buscar su metro de cerdo porque tenía que arreglar el coche de su muñeco, Federico. Lo encontramos en un cajón, al lado del metro amarillo con negro, que es de su papá. Después de medir el coche en todas sus dimensiones me dijo que ya estaba listo y siguió su paseo por la sala.
Arregló su problema midiendo.

2 comentarios:

JuanDavidVelez dijo...

Si yo no fuera muy prudente le mandaría esta entrada a mi anterior jefe donde trabajé muchos años, eso que usted dice nos pasó un millón de veces.

Y también nos pasó muchas veces (jueputa, tantas veces) lo de la columna de agaviria de hoy de los incentivos.

Uno diría "¿como así? usted trabajaba allá, usted también se la tiene que mandar a usted mismo" pues aunque en ese trabajo la cagué mil veces y gravemente (la cagué no robando sino incompetencia), pero no me la tengo que mandar en este caso porque en estas dos cosas (la suya y la de agaviria, si no la cagué yo, e incluso advertí).

Esta entrada suya me gustó muchísimo, muy buena.

Cristina Vélez dijo...

Yo lo hice también. Para solucionar los problemas se necesitaba un diagnóstico de un consultor. Ojalá uno que hablara en spanglish y cobrara caro porque así tenía más legitimidad.
Pero por el otro lado, estaban otro tipo de mediocres que querían ensayar con millones y millones de los contribuyentes porque "pensar" era para pendejos, lo que había que hacer era trabajar, trabajar y trabajar.
Yo ya no sé qué es peor.